Este proyecto es fruto
de una larga trayectoria profesional y de una reflexión continua y compartida
sobre nuestro trabajo. Hecho desde el
profundo interés, respeto y amor que sentimos por la infancia y por esta
profesión que nos apasiona. Queremos aquí plasmar todo el bagaje profesional y
personal que hemos construido durante todos estos años, nuestro concepto de
infancia y cómo nos situamos frente a ella.
Lo que en este tiempo
aprendimos:
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Que hay criaturas con ojos saltones y con ojos preguntones, de manos quietas
y manos busconas, trepadoras y escondiditas, charlatanas y calladitas, con la
mirada perdida o con la mirada imantada, seductoras y conquistadoras, pero
nunca dos iguales. Cada niña y niño
tiene derecho a ser una misma y a ser reconocida en su autenticidad.
Derecho a estar aquí, a hacer, a transformar el mundo, a sentirse importante y
querida. “La escuela ofrece a las criaturas otros caminos y muchas
maneras de avanzar en la vida" Viçens Arnaiz
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Que acoger a cada uno significa recibirle, situarse con una manera de estar
y ser que le permita mostrarse tal y como es, con todo lo que trae. Que todo depende de la mirada que nos
construyamos y el lugar donde nos situemos frente a ellas.
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Que la vida es una constelación de puntos de encuentro, es un ir y venir de
momentos. Uno aprende con otros, nadie aprende solo y nadie sabe más que todos
juntos. Necesitamos crecer acompañados,
respetados y escuchados.
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Que hay que encontrar siempre lo que las criaturas saben hacer, antes que
sus dificultades, que nacen con posibilidades y no con deberes. Confiar en su capacidad creativa, en su
competencia ante todo.
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Que hay que rescatar las cositas, los tesoros que guardan en sus bolsillos,
en sus cajitas pues es ahí donde guardan sus intereses y sus deseos. Buscar sin
robar su intimidad.
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Que si se consigue entrar en sintonía con sus deseos se establece una
relación privilegiada.
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Que las criaturas se mueven y se mueven mucho, se mueven por dentro y por
fuera.
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Que tienen que jugar la vida, necesitan desmontar y volver a montar la realidad a
su manera para poder comprenderla, necesitan jugar y jugar. "Jugar para
un niño es la posibilidad de recortar un trocito de mundo y manipularlo, sólo o
acompañado de amigos, sabiendo que donde no pueda llegar lo puede
inventar". Francesco Tonucci.
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Que para crecer
necesitan a alguien que esté creciendo en frente, necesitan a personas de
verdad, personas que se emocionen, que se sorprendan y que se enamoren de la
vida como ellos. La educadora tiene que ser alguien con quien se pueda contar,
contar para todo y en todo momento."La seguridad afectiva es la base de la
confianza en sí mismo y en el otro, se construye desde la calidad y la calidez
del día a día, y desde la estabilidad con que se teje día a día el vínculo
afectivo" Myrtha Hebe Chokler"
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Que no es lo mismo estar
en un aula, que habitar un aula. Tienen derecho hacer suyo el espacio
transformarlo y dejar huella en él.
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Que los árboles no
crecen tirándoles de las hojas, que las cosas pasan despacio. Vivir más deprisa no
significa vivir más. Ya dice el refrán que quien siempre corre olvida caminar.
Hay que esperar a que pasen las cosas y morderse las ganas de intervenir. No
hay prisa ninguna por crecer. Hay que educar desde la calma. Cómo dijo Vicens
Arnaiz: “Si vamos deprisa no vemos las cosas que suceden
despacio”
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Que hay que huir de la productividad y recrearse en el proceso. No es
verdad que hacer más cosas signifique aprender más. Tienen derecho a tener un huequito acogedor
para poder mirar a las musarañas, un lugar especial donde poder soñar.
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Que las familias no participan en la escuela, si no que forman parte de
ella y tienen que tener su lugar. Entendemos la Escuela como un lugar ideal y
privilegiado para hacer comunidad.
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Que escuchar no es lo
mismo que oír, escuchar es vivir el momento del otro, dejar hacer y dejarse transformar.
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Que la educación es una
cuestión ética de compromiso con la infancia.
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Que la escuela tiene que reinventarse una y otra vez, que no hay dos cursos
iguales. Prometemos que nunca, nunca
dejaremos de sorprendernos.