
- Anillas de madera de diferentes tamaños.
- Limpiapipas (alambres de colores).
- Bolas, de diferentes colores, con agujero en el medio de ellas.
Cómo hacerlo:
Dejamos las anillas de madera y las limpiapipas, en el aula. Nos sentamos en un rincón para observar que pueden hacer las criaturas con estos materiales.
Cuando dominen el juego con las anillas y los limpiapipas, podemos ofrecerles bolas de diferentes colores para que también las usen.
Cuando observemos que las criaturas se han cansado del juego, cogemos una de las limpiapipas por un extremo y la agitamos suavemente como si fuese una serpiente, y ya aprovechando podemos contarles un cuento o poema sobre una pequeña serpiente y su amiga la cobra.
Objetivos de este juego:
- Entrenar la segmentación de los dedos.
- Entrenar la segmentación de ambas manos.
- Descubrir el agujero. Algunas veces, meten el dedo como punto de referencia antes de ensartar.
- Entrenar la coordinación visomotora.
- Incentivar la creatividad y el ingenio.
CUENTO DE LA PEQUEÑA SERPIENTE Y SU AMIGA, LA COBRA.
¿Por qué siempre llegas tarde,
teniendo tiempo de sobra?
Cansada de esperar,
le dijo la serpiente,
a su amiga, la cobra.
Me perdí entre las anillas,
y entre los limpiapipas me enredé
entre las bolas de colores brillantes
y luego me fui a comer.
Y después como acostumbro
necesito ir a dormir,
-dijo mientras bostezaba-
así que ya, me tengo que ir.
Y dando la media vuelta,
reptando se fue de allí,
mientras su amiga la serpiente,
no supo ni qué decir. .
- Entrenar la segmentación de ambas manos.
- Descubrir el agujero. Algunas veces, meten el dedo como punto de referencia antes de ensartar.
- Entrenar la coordinación visomotora.
- Incentivar la creatividad y el ingenio.
CUENTO DE LA PEQUEÑA SERPIENTE Y SU AMIGA, LA COBRA.

teniendo tiempo de sobra?
Cansada de esperar,
le dijo la serpiente,
a su amiga, la cobra.
Me perdí entre las anillas,
y entre los limpiapipas me enredé
entre las bolas de colores brillantes
y luego me fui a comer.
Y después como acostumbro
-dijo mientras bostezaba-
así que ya, me tengo que ir.
Y dando la media vuelta,
reptando se fue de allí,
mientras su amiga la serpiente,
no supo ni qué decir. .
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